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Opinión | Las verdaderas víctimas de la OTAN son, ‎en primer lugar, los europeos de Occidente y del centro de Europa || Meera Terada

 

Las verdaderas víctimas de la OTAN son, ‎en primer lugar, los europeos de Occidente y del centro de Europa
por Meera Terada *

 

Mira Terada: ¡Hola! Hoy vamos a entrevistar a Thierry Meyssan, periodista francés y ‎presidente-fundador de Red Voltaire. Contenta de verlo, Thierry. Gracias por estar con nosotros. ‎

En las últimas semanas los medios occidentales (europeos y estadounidenses) tratan de hacer creer ‎que Rusia va a enviar tropas a Ucrania. El Washington Post, el New York Times, la CNN, Deutsche Welle, Le Figaro, Le Monde, el Daily Mail, The Guardian y otros medios dicen que ‎en pocos días Rusia iniciará una invasión militar contra ese país. En su opinión, ‎‎¿están fundamentadas esas acusaciones? ¿Qué objetivo tienen?‎

Thierry Meyssan: En realidad, no es esa la cuestión porque el problema viene del hecho que ‎Rusia hizo público, el pasado 17 de diciembre, una proposición de tratado que garantizaría la paz ‎entre Estados Unidos y ella [1]. Y como ‎Estados Unidos no quiere en lo absoluto responder positivamente a esa proposición, está ‎organizando un cortafuego con la cuestión de Ucrania. Sólo es una manera de desviar la ‎atención del verdadero problema. ‎

М.Т.: Sabemos que la misión de los dirigentes rusos es convencer a Estados Unidos y a ‎la OTAN de llegar a un acuerdo sobre las garantías de seguridad en Europa. En particular, de ‎no instalar misiles de mediano y corto alcance en los Estados del este de Europa y de ‎comprometerse por escrito a que Ucrania y Georgia no entren en la OTAN. Se trata de garantizar la paz ‎en Europa por mucho tiempo.

¿Por qué Estados Unidos y algunos de sus parlamentarios europeos ‎tratan de presentar como un acto de agresión los esfuerzos diplomáticos de Rusia?‎

Т.М.: Esa es una historia muy vieja porque la OTAN fue creada contra la Unión Soviética después ‎de la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento, la Unión Soviética respondió con la creación ‎del Pacto de Varsovia. ‎

Pero la OTAN está en contradicción con la Carta de la ONU porque no es una confederación, ‎como lo es hoy la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). La OTAN es una ‎organización en cuyo seno Estados Unidos dirige y sus aliados son simples vasallos. Eso ‎contradice la Carta de la ONU, la cual estipula que todos los Estados son independientes e iguales ‎entre sí. ‎

No hay igualdad en la OTAN. Eso es algo muy importante porque durante toda la guerra fría ‎la OTAN organizó asesinatos políticos y golpes de Estados en sus países miembros. Si hablamos, ‎por ejemplo, de lo sucedido en Grecia con el golpe de Estado de los coroneles, fue la OTAN ‎quien lo organizó. Actualmente eso funciona de la misma manera, aunque digan lo contrario. ‎

Basta recordar la invasión de Libia, cuando la OTAN no respetó sus propios estatutos. ‎Normalmente, la invasión tenía que haberse decidido en el Consejo Atlántico pero Estados Unidos ‎sabía que varios Estados miembros eran contrarios a la destrucción de Libia. Así que ‎no reunió el Consejo Atlántico. Hizo una reunión aparte, sólo con ciertos países miembros ‎que había seleccionado. Se reunió con ellos en Nápoles y decidieron invadir Libia y destruir ese país. ‎

Hoy, cuando la OTAN clama que Rusia va a invadir Ucrania es un pretexto para reforzar ese ‎sistema de injerencia en sus Estados miembros. Por cierto, el Pentágono ha dicho que está ‎reorganizando las redes stay-behind [2] de la OTAN en Ucrania, que teóricamente no es ‎miembro de la alianza atlántica, aunque de hecho ya obedece a ese bloque bélico. En el caso de ‎Ucrania se ha movilizado a las redes neonazis. Estos reciben ayuda de la OTAN, directa o ‎indirectamente, pero de todas maneras están dirigidos por la CIA y por el MI6 británico. ‎

Los británicos y Estados Unidos ejercen juntos esta dominación sobre la OTAN, desde que ‎se creó ese bloque, aunque los británicos hoy son evidentemente mucho menos fuertes. ‎Por consiguiente, el problema que Rusia plantea es la existencia misma de la OTAN. ‎Si Estados Unidos quiere respetar la Carta de la ONU, debe transformar la OTAN o disolverla. ‎

М.Т.: El otro día la Casa Blanca calificó a Rusia de agresor y el presidente estadounidense ‎Joseph Biden ordenó el envío de un nuevo contingente de tropas estadounidenses a Europa. ‎‎¿Significa eso que Estados Unidos está intensificando deliberadamente el conflicto alrededor ‎de Ucrania y sacrificando la seguridad europea a sus propias ambiciones geopolíticas?‎

Т.М.: No lo creo porque Estados Unidos no tiene absolutamente ninguna intención de ‎meterse en una guerra contra Rusia y China. Son países demasiado fuertes para los estadounidenses. ‎Las tropas que han enviado son fuerzas poco entrenadas, no son soldados capaces de luchar ‎contra el ejército ruso. ‎

Hay que saber que el ejército de Estados Unidos es un ejército enorme pero que no todas sus fuerzas ‎son capaces de luchar contra soldados entrenados de grandes países. Es un ejército que lucha sólo ‎contra pequeños países del Tercer Mundo. ‎

Es fácil ir a destruir Afganistán, Irak, Libia, Siria, países que estaban bajo embargo [prohibición de ‎adquirir armamento] desde al menos una decena de años. No tenían los medios adecuados para ‎responder. Es muy fácil ir a machacar a gente que ya llevan años bajo sanciones. Pero el ejército ‎ruso es actualmente un ejército entrenado y capaz de combatir contra enemigos que disponen de ‎las mismas capacidades. ‎

Y resulta que el ejército ruso tiene ahora un armamento ampliamente superior, tanto en el plano ‎convencional como en el plano nuclear, muy superior al de Estados Unidos. Si hablamos de ‎armamento nuclear, todo el mundo sabe que Rusia dispone de misiles como el Zircon y el ‎‎Avangard que le permiten destruir la fuerza nuclear de Estados Unidos. ‎

En Siria vimos que el ejército ruso dispone ahora de todo tipo de material militar de muy alta ‎calidad, muy superior al de Estados Unidos en un combate convencional. ‎

Hay que recordar que, al principio, el ejército sirio no disponía de verdadero armamento, hacía ‎más de 20 años que estaba bajo embargo. Los que tenían armas modernas eran los yihadistas. ‎El ejército sirio estaba luchando contra yihadistas armados por Estados Unidos. Todo eso ‎cambió cuando llegaron los rusos y, por cierto, requirió más tiempo del que se había previsto. ‎Pero el ejército ruso puso a prueba nuevas armas. Es por eso que no creo que Estados Unidos ‎se arriesgue a imponer una escalada en Siria ni tampoco en Ucrania. Lo que está haciendo es ‎una manera de movilizar a sus aliados. Les dice: «Todo esto es muy peligro. Ahí vienen los rusos. ‎Protéjanse y nosotros los defenderemos.» Es bastante infantil. ‎

‎М.Т.: Información proveniente de fuentes diversas indican que Estados Unidos está ‎preparando provocaciones antirrusas en la región de Donbass y en otras partes de Ucrania. ‎Por ejemplo, el 1º de febrero Red Voltaire publicó un artículo donde se indica que agentes de ‎compañías militares privadas estadounidenses están infiltrándose en la región de Donbass y que ‎agentes de los servicios de inteligencia británicos y de Estados Unidos van a utilizar grupos ‎neonazis ucranianos contra Rusia [3].

¿Qué posibilidades hay de que veamos ataques ‎terroristas o provocaciones tendientes a desacreditar a Rusia o a arrastrarla a la guerra mediante ‎la utilización de grupos paramilitares controlados por Estados Unidos?‎

Т.М.: En mi opinión existe un gran peligro de que haya provocaciones, pero no para provocar ‎una guerra. Hay un riesgo de provocación destinada a poner a los aliados [de Estados Unidos] en ‎posición de debilidad. «Ya lo ven. ¡Los rusos están atacando! Es muy grave. Ustedes tienen que ‎aceptar inmediatamente todo lo que nosotros les pedimos a ustedes.». Sí, Estados Unidos es ‎capaz de hacerlo. Está acostumbrado a hacerlo. ‎

En el Medio Oriente, los estadounidenses se han acostumbrado a manipular las organizaciones ‎islamistas. En Europa manipulan las organizaciones neonazis, aunque estas no cuentan con ‎mucha gente. No hay mucha gente en esas organizaciones pero es posible empujarlas a hacer ‎cualquier cosa. ‎

М.Т.: No puede decirse que las élites europeas, y mucho menos la ciudadanía europea, apoye ‎incondicionalmente las declaraciones sobre la “agresión rusa inevitable” propaladas por ‎Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña. Por ejemplo, el ministro de Exteriores de Francia, Jean-‎Yves Le Drian, dijo recientemente que en este momento nada indica que Rusia esté dispuesta a ‎tomar medidas contra Ucrania. Numerosos políticos alemanes se han expresado en el mismo ‎sentido y han llamado a un diálogo pacífico, han condenado a Estados Unidos. Siendo así, ‎‎¿no estan los estadounidenses perjudicando el interés de los europeos?‎

Т.М.: Por supuesto. Estados Unidos no está interesado en ayudar a los europeos. ‎Al contrario. ‎

En 1991, Paul Wolfowitz había redactado para el presidente Bush padre un informe donde ‎explicaba que había que impedir el surgimiento de cualquier nueva potencia capaz de competir con ‎Estados Unidos. En aquella época Rusia estaba en ruinas. Era la era Yeltsin, Rusia estaba en ‎pleno derrumbe. Pero la Unión Europea estaba desarrollándose y Paul Wolfowitz escribió ‎entonces que había que impedir que la Unión Europea lograra desarrollarse hasta poder competir ‎con Estados Unidos. O sea, en 1991 [Wolfowitz] consideraba que el principal enemigo de ‎Estados Unidos era… ¡la Unión Europea!‎

Eso no ha cambiado. Estados Unidos considera que la Unión Europea es la cara civil de la moneda ‎cuya cara militar es la OTAN. Todo eso va junto. Por cierto, es por eso que existe una Comisión ‎Europea, cuyos miembros no son electos. Esa Comisión Europea se encarga de inscribir en el ‎derecho europeo lo que quiere la OTAN en materia de normas. Por ejemplo, en la Unión ‎Europea, cuando se construye una carretera hay una norma impuesta por la OTAN para la ‎construcción de esa carretera, para que los tanques de la OTAN puedan transitar por esa ‎carretera. ‎

Por consiguiente, Estados Unidos considera hoy que tiene que utilizar las proposiciones rusas para ‎debilitar a los Estados europeos y para debilitar principalmente a la primera potencia económica ‎de Europa, que es Alemania. ‎

Es por eso que todo gira actualmente alrededor del gasoducto Nord Stream II. Ese gasoducto ‎permitiría abastecer con energía a toda la Unión Europea sin tener que reemplazar el que pasa ‎por Ucrania, porque hay un aumento constante de la demanda de energía en Europa. Al principio ‎se decía que era para reemplazar el gasoducto que pasa por Ucrania, pero eso no tiene sentido a ‎largo plazo. Estados Unidos está dispuesto a cortar ese gasoducto para que Alemania ya ‎no pueda fabricar automóviles e ir a venderlos en China, por ejemplo. ‎

Al mismo tiempo, Estados Unidos empuja todos los países europeos a enviar armas y tropas ‎a Ucrania o alrededor de Ucrania. O sea, los incita a gastar dinero inútilmente. Es una manera ‎de desangrarlos, de llevarlos a dilapidar fondos para enfrentar un enemigo imaginario. ‎

М.Т.: Se sabe y está además reconocido que en 1991, la OTAN y Estados Unidos prometieron ‎a los dirigentes de la Unión Soviética no ampliar ese bloque militar hacia el este. Todos ‎los presidentes de Estados Unidos han roto esa promesa. Durante los 30 años posteriores al ‎derrumbe de la URSS, la OTAN absorbió 14 nuevos Estados miembros. ¿Por qué se amplió ‎la OTAN? ¿A quién la OTAN considera como la principal amenaza después del derrumbe de ‎la URSS?‎

Т.М.: En 1991, estaba el problema de la reunificación entre las dos Alemanias y en aquella ‎época el canciller alemán Helmut Kohl y el presidente francés François Mitterrand defendían la ‎misma posición que Rusia. Es imposible extender la OTAN hacia el este sin amenazar la ‎seguridad de Rusia en algún momento. Por consiguiente, cuando se hizo la reunificación ‎alemana se redactó un tratado –que firmaron absolutamente todos los Estados de la región y, ‎por supuesto, también los Estados que ocupaban Alemania– aceptando que la OTAN pudiera ‎utilizar el territorio de Alemania oriental, pero con la condición de que no habría ninguna ‎ampliación más de la OTAN más allá de Alemania oriental. Todo el mundo firmó eso. ‎

Posteriormente, en 2010, hubo un tratado en la OSCE –deber ser la declaración de Astaná, en ‎Kazajastán– que explica que todos los Estados son libres de acogerse a alianzas militares y que ‎cualquier Estado puede pertenecer a cualquier alianza militar. Eso es muy normal. Pero también se estipula que ningún Estado de los 57 países miembros de la OSCE tiene derecho a garantizar su seguridad ‎en detrimento de la seguridad de los demás. ‎

Eso me parece muy importante porque en la respuesta que Estados Unidos acaba de enviar ‎a Rusia [4] se hace referencia a ese texto. ‎

Si Ucrania firmara el Tratado del Atlántico Norte pero no entrara en el mando integrado de ‎la OTAN, no habría problema. Pero Ucrania y Estados Unidos pretenden incorporar Georgia ‎y Ucrania al mando integrado, o sea poner los ejércitos de Ucrania y de Georgia bajo las órdenes ‎de un oficial de Estados Unidos, y eso, evidentemente, es inaceptable. ‎

Es la misma situación que en 1962, cuando Estados Unidos emplazó misiles en Turquía para ‎amenazar a la Unión Soviética y la Unión Soviética respondió instalando misiles en Cuba para ‎amenazar a Estados Unidos. Evidentemente, ese tipo de equilibrio es imposible. No se puede ‎hacer eso sin provocar una guerra. Así lo entendió Estados Unidos en los años 1960, la Unión ‎Soviética retiró sus misiles y Estados Unidos retiró sus misiles atómicos de Turquía. ‎

‎¿Pero hoy ya no entendemos eso? ¿Cómo es posible?‎

М.Т.: Rusia y Ucrania fueron uno por mucho tiempo. Estos dos países están indisolublemente ‎vinculados entre si, culturalmente, históricamente, mentalmente. En los años 1990 esa unidad ‎se derrumbó. Después de aquello, numerosos centros de lavado de cerebro, de europeanización y ‎de occidentalización de la cultura eslava comenzaron a trabajar en suelo ucraniano. Al cabo de ‎varias décadas, Ucrania y Rusia se han convertido en adversarios estratégicos. ¿Cuál es el objetivo ‎de las élites occidentales en materia de relaciones ruso-ucranianas?‎

‎T.M.: Es complicado responder porque los dirigentes políticos en Washington, los miembros ‎del Congreso y de la alta administración no están conscientes de la realidad. Creen que ‎Estados Unidos sigue siendo la primera potencia económica y militar del mundo, cuando ‎ese país ya no es ninguna de esas cosas. Creen que Estados Unidos tiene derecho a hacer lo que ‎hace porque es el más fuerte. ‎

Alrededor del presidente Biden hay un segundo grupo, pero muy poco numeroso, de gente que ve ‎la realidad tal cual es. Saben que Estados Unidos ya no tiene los medios de imponer su orden ‎al mundo. Entienden que Rusia quiere obligarlos a retirarse y tratan de retrasar esa retirada. ‎

Desgraciadamente también hay un tercer grupo, los llamados «neoconservadores», una ‎expresión que no es muy adecuada. Ese tercer grupo es de gente formada por el filósofo Leo ‎Strauss, ya fallecido, que vivía en Chicago. Leo Strauss les explicó por qué y cómo crear una ‎dictadura mundial. Eso no está en sus escritos filosóficos sino en lo que dijo a sus discípulos. Hay ‎muchos testimonios sobre eso pero no hay escritos. En todo caso, en octubre pasado ese grupo de personalidades ‎envió a Moscú a uno de sus miembros: la subsecretaria de Estado Victoria ‎Nuland. ‎

Victoria Nuland es la persona que organizó en Ucrania el golpe de Estado de la Plaza Maidan, ‎en 2014. Pero también fue la persona que declaró el fin de la guerra de Israel contra Líbano, ‎en 2016. Israel estaba siendo aplastado por el Hezbollah y Victoria Nuland organizó un alto ‎al fuego para que Israel pudiera retirarse sin que el Hezbollah persiguiera al derrotado ejército ‎israelí. Esta señora pertenece a una familia muy poderosa ya que prácticamente todos sus ‎miembros son muy altos responsables en los think tank más duros de Washington. ‎

Ese grupo, al que Victoria Nuland representa, fue a Moscú a decir por boca de ella que ‎Estados Unidos exigía que Rusia se sometiera. Evidentemente, ese encuentro estuvo muy lejos ‎de ser positivo. Algunos dicen incluso que los diplomáticos rusos pusieron a la señora Nuland de ‎patitas en la calle. Yo no lo sé. En todo caso, ella tenía previstos dos encuentros más que ‎fueron un poco más tranquilos. Nuland también iba a reunirse con el presidente de las ‎organizaciones judías de Rusia y ese encuentro no llegó a tener lugar –después de aquella ‎primera reunión los judíos de Rusia se negaron a reunirse con la señora Nuland y ella tuvo que ‎irse después de haber provocado una alerta general de las autoridades rusas. ‎

Quince días después, el director de la CIA, William Burns, fue a Moscú para explicar al ministro ‎ruso de Exteriores: «Discúlpennos, en Estados Unidos no todos somos como la señora Nuland. ‎Nosotros somos más razonables, podemos conversar, etc.»‎

Se ve que dentro de la administración Biden hay dos grupos que tratan de contrarrestarse uno ‎al otro y es ahí donde está la verdadera guerra, no entre Rusia y Estados Unidos. La verdadera ‎guerra está dentro de la administración Biden, entre el grupo de discípulos de Leo Strauss y ‎el resto de la administración. ‎

Yo creo que hay que abordar esta oposición actual estando conscientes de que no se arreglará ‎por la vía armada entre Rusia y Estados Unidos. Si se llega a un enfrentamiento armado, será ‎en Washington, entre esos grupos de la administración. Es posible que los europeos se vean ‎arrastrados en ese movimiento. Puede haber Estados europeos que enfrenten momentos difíciles ‎debido a ello. Cuando digo «Estados europeos», evidentemente no me refiero a Rusia ni a ‎Bielorrusia sino a la Unión Europea y a Estados que van a hacerse miembros de la OTAN. ‎Esos Estados, como ya no gozan de independencia y sus dirigentes políticos están ‎acostumbrados a sólo obedecer, sin tomar iniciativas, pueden verse ante acontecimientos que los ‎golpeen duramente y pueden ser ellos las primeras víctimas. ‎

М.Т.: No fue hasta los años 2000 que Estados Unidos invadió Afganistán e Irak, bombardeó ‎Libia, Siria y Somalia y organizó golpes de Estado. Para el establishment estadounidense, ‎un Estado independiente, que trata de actuar de manera independiente y de concretar sus ‎intereses estratégicos, debe ser objeto de sanciones, de amenazas y a veces blanco de ‎bombardeos. ¿Cómo pueden los países soberanos o Estados que quieren ser soberanos, cómo ‎pueden unirse contra los dictados y la hegemonía de Estados Unidos?‎

T.M.: Estados Unidos, ya lo dije al inicio de esta entrevista, sólo sabe luchar contra países que ‎no tienen los medios para responder. Es fácil ir a aplastar Afganistán. Es posible matando a ‎mucha gente, por supuesto. Después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, ‎exactamente al día siguiente de aquellos atentados, Estados Unidos adoptó una doctrina militar ‎que no ha publicado nunca, pero sabemos que la adoptó porque esa doctrina ha sido objeto de ‎artículos en las revistas de las fuerzas terrestres de Estados Unidos y porque, a medida que ‎se aplicaba, se han publicado artículos de especialistas militares para explicar su aplicación. Es la ‎doctrina llamada Rumsfeld-Cebrowski, en referencia al secretario de Defensa [del presidente ‎George Bush hijo] Donald Rumsfeld y al almirante Arthur Cebrowski, quien era el consejero ‎estratégico de Rumsfeld [5]. ‎

La idea es que Estados Unidos tomó un mapa del mundo y definió las regiones que están ‎integradas a la economía globalizada –son evidentemente los países de la OTAN pero también ‎están Rusia y China. Viendo que no podía atacarlos, definió los países no integrados a la ‎economía globalizada –o sea, los de Latinoamérica, África y los que ha llamado el «Medio ‎Oriente ampliado». ¿Qué quiere decir esta expresión? Es una región que va desde Marruecos ‎hasta Pakistán y que incluye el Cuerno de África. En los países de esas regiones, según el ‎estado mayor de Estados Unidos, habría que destruir los Estados, ‎

Entiéndase bien que no se trata de destruir los países y sus pueblos sino de destruir los Estados, ‎las estructuras políticas, para que sus pueblos ya no puedan defenderse y que sea posible saquear ‎tranquilamente sus países.‎

Estados Unidos empezó a aplicar esa estrategia en el Medio Oriente ampliado –primero en ‎Afganistán, luego en Irak, y más tarde en Libia, en Siria, en Yemen. Y también ha realizado ‎operaciones en otros países sin declararles la guerra, incluso en países con regímenes ‎proestadounidenses. Lo ha hecho, por ejemplo, en Arabia Saudita, donde toda una región ‎ha sido prácticamente arrasada… pero nadie habla de eso. ‎

Varias veces se ha declarado que esa estrategia sería abandonada. Ese era el objetivo de la ‎Comisión Baker-Hamilton sobre lo sucedido en Irak. La Comisión Baker-Hamilton había dicho: ‎‎«Es triste. Es espantoso lo que hicimos allá, hemos matado mucha gente. Es un caos imposible. ‎Tenemos que retirarnos de Irak. Sí, vamos a retirarnos de Irak… pero no vamos a abandonar esa ‎estrategia.» Y entonces Estados Unidos envió mercenarios para que siguieran aplicando esa ‎estrategia en lugar del ejército regular estadounidense. ‎

En este momento, mire usted Afganistán, Irak, Libia y Siria. Supuestamente esas guerras iban a ‎durar sólo una o dos semanas, un mes quizás. Pero ninguna ha terminado, exceptuando el caso ‎particular de Siria, donde [Washington y sus aliados] perdieron la guerra. Cuando ‎Estados Unidos llega a un país destruye todas las estructuras políticas. Ese es su objetivo. No es ‎ganar la guerra sino destruir las capacidades de defenderse. Y mantiene la guerra allí el mayor ‎tiempo posible. ‎

El presidente Putin dijo recientemente que es muy curioso ver que hoy ya no se ganan guerras. ‎Estados Unidos emprende guerras pero no las termina. En mi opinión ese hecho es lo más ‎importante. Desde el año 2001, Estados Unidos no ha terminado ninguna guerra. Desata nuevas ‎guerras pero son «guerras sin fin», como decía George Bush hijo. ‎

Eso es lo que [Estados Unidos] ha hecho en el Medio Oriente. Lo ha hecho utilizando a los ‎mismos yihadistas a los que dice combatir mientras les entrega armas y los entrena. Eso puede ‎hacerlo también en Europa, donde pretende oponerse a los nazis cuando en realidad los arma y ‎los organiza. ‎

М.Т.: Todo el mundo sabe que entre Europa y Rusia no existen diferencias irreconciliables. ‎Por el contrario, sí hay graves desacuerdos entre Estados Unidos y Rusia. Europa es ‎extremadamente importante para Rusia –económicamente, financieramente, políticamente– ‎y Rusia también es muy importante para Europa. ¿Son capaces los países europeos y Rusia de ‎resolver todos sus problemas diplomáticos urgentes sin implicar a terceros?‎

T.M.: La cuestión de Europa siempre ha estado planteada. El Imperio Ruso tuvo que enfrentar ‎al Imperio Británico. Todo el siglo XIX estuvo dominado por ese enfrentamiento. Todavía hoy son ‎los británicos quienes inspiran permanentemente la política de Estados Unidos contra Rusia. ‎

Personalmente, yo no entiendo por qué la clase dirigente en Rusia siente tanta admiración por ‎Gran Bretaña. Ese país es exactamente lo contrario de lo que es Rusia. En Rusia cada cual ‎busca primeramente ser una persona responsable de sí misma. En Inglaterra lo que se busca es ‎dominar a los demás por cualquier medio. Esas dos maneras de ver la vida son totalmente ‎opuestas e incompatibles. ‎

Yo decía al principio de esta entrevista que la OTAN nunca luchó con la Unión Soviética y que ‎nunca ha luchado con Rusia. Lo que sí ha hecho la OTAN es combatir a sus propios miembros. ‎Sus acciones [guerreras], las únicas que se conocen, son el ataque contra Yugoslavia y la guerra ‎contra Libia. ‎

Yugoslavia es un territorio europeo. Estados Unidos ha montado allí un Estado ficticio –Kosovo– ‎que no existiría sin Estados Unidos. Y la Unión Europea ha construido otro Estado ficticio –‎Bosnia-Herzegovina– que en realidad es su colonia. El hecho que la Unión Europea pueda tener ‎una colonia y que Estados Unidos pueda tener otra, creadas ambas en Europa y en los años 1990, ‎es completamente aberrante.‎

Y además Estados Unidos ha organizado todo tipo de operaciones secretas [en Europa]. ‎En Francia tuvimos la Organización del Ejército Secreto (OAS, siglas en francés). Sus miembros ‎eran gente que se oponía a la independencia de Argelia. Esa Organización del Ejército Secreto ‎contó con apoyo directo de la CIA para que asesinara al presidente francés Charles de Gaulle. ‎Los hombres de la OAS perpetraron unos 40 intentos de asesinato contra de Gaulle, siempre ‎con apoyo de la CIA. ‎

Cuando el presidente Charles de Gaulle decidió expulsar a la OTAN de Francia, porque la sede de ‎la OTAN estaba en París, dijo: «Ahora, ustedes tienen que irse.» Y la OTAN se fue a Bruselas. ‎Pero con esa decisión, evidentemente, el presidente de Gaulle se puso aún más en peligro y ‎Estados Unidos montó el movimiento de Mayo del 68. Todo el mundo se fue a las barricadas, ‎pero nadie sabía bien por qué se cuestionaba a las autoridades. Aquello era algo organizado pero ‎nadie sabía qué era. En aquella época yo era un niño y mi padre era responsable del partido ‎gaullista y recibía notas redactadas por Charles Pasqua, explicando cómo Estados Unidos estaba ‎organizando aquel movimiento [6]. Yo recuerdo a ‎mi padre recibiendo aquellas notas y vi esos documentos. La OTAN no vaciló en tratar de ‎derrocar al presidente [francés] Charles de Gaulle y quienes lo salvaron fueron la Unión Soviética ‎y el Partido Comunista Francés (PCF), que organizó –con Charles Pasqua– un masivo desfile del ‎pueblo de París en apoyo a de Gaulle. ‎

Pero la OTAN ha hecho muchas otras cosas. En Italia, por ejemplo, asesinó al ex primer ministro ‎Aldo Moro porque este estaba estableciendo relaciones con los países del llamado «bloque ‎soviético». De hecho, la OTAN ha cometido ese tipo de crimen en casi todos sus Estados ‎miembros. ‎

En mi opinión, las verdaderas víctimas de la OTAN son, en primer lugar, los europeos ‎occidentales y del centro. ‎

Pero aquí [en Europa occidental] nadie tiene conciencia de eso. Nadie conoce la historia. ‎Por ejemplo, hace un momento mencioné el caso de Cuba. Los europeos saben que hubo misiles ‎soviéticos en Cuba pero ignoran que había misiles estadounidenses en Turquía. Ignoran lo que ‎acabo de contar sobre los ejércitos secretos de la OTAN en la Unión Europea, ignoran los vínculos ‎entre la Comisión Europea y la OTAN. Estamos en una región del mundo donde ya nadie conoce ‎su propia historia y donde nadie ve los acontecimientos como realmente suceden. Sólo vemos la ‎espuma de las olas. ‎

М.Т.: Última pregunta. En su opinión, ¿está listo el mundo para la multipolaridad y están ‎dispuestos los países del mundo a hacerse verdaderamente independientes de la única ‎superpotencia? Sobre todo teniendo en cuenta que esa superpotencia ha causado innumerables ‎muertes.‎

Т.М.: Hoy en día las instituciones mundiales siguen siendo unipolares. Todas las grandes ‎organizaciones internacionales están bajo el control de Estados Unidos, aunque nos digan ‎lo contrario. Rusia y China han decidido que eso tiene que terminar. Estados Unidos responde ‎haciendo creer a sus aliados que Rusia exige dividir el mundo en zonas de influencia. Si usted lee ‎hoy los periódicos europeos vera que sólo hablan de zonas de influencia. ¿Tiene Ucrania que estar ‎en el «bando de la libertad»? ¿O debe estar Ucrania bajo la «dictadura rusa»? Pero eso ‎no tiene nada que ver con la cuestión que se plantea. Rusia y China no proponen dividir ‎el mundo en zonas de influencia. ‎

Como hemos dicho, Rusia y China proponen un mundo donde cada cual es responsable de ‎sí mismo y donde las alianzas permiten aportar seguridad a los Estados. Rusia ha dado ‎el ejemplo con la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), donde todos ‎los miembros son iguales. Por supuesto, Rusia es el miembro más fuerte pero no puede imponer ‎su voluntad a Armenia o a Kazajastán. El modelo que hoy muestra Rusia es un modelo totalmente ‎pacífico. ‎

Pero seguimos razonando como en tiempos de la guerra fría. Eso es curioso. No se entiende que ‎la Unión Soviética –que había adoptado la doctrina Brejnev, la cual le permitía imponer el poder ‎de la URSS sobre los demás Estados del Pacto de Varsovia– ya no existe. Desapareció.‎

Rusia no razona como la Unión Soviética. Razona como Rusia. Ese asunto de las zonas de ‎influencia lo que muestra es la manera como seguimos pensando desde hace 70 años y como ‎probablemente pensábamos ya antes, cuando existían los imperios coloniales de los siglos XVIII ‎y XIX. Nunca hemos considerado a los pueblos de Latinoamérica, de África o de Asia como ‎pueblos independientes. Es cierto que muchos no lo fueron en aquella época. Pero también ‎había entonces Estados que merecían respeto. Y eso no lo vemos, no lo entendemos y hoy, ‎cuando nuestros dirigentes políticos hablan, siguen sin tener conciencia de ello. ‎

Hace un momento usted hablaba de Jean-Yves Le Drian [el ministro de Exteriores de Francia]. ‎Para mí ese señor razona como en el siglo XIX. La única diferencia es que, según él, Francia ‎pertenece al «Imperio americano». ¡Ahí lo tenemos! Y es un buen alumno de Estados Unidos ‎con algunos privilegios en ese imperio. Me parece extremadamente triste. ‎

Espero que ustedes, en Rusia, sigan desarrollándose de manera independiente y que, en algún ‎momento, nosotros sigamos ese ejemplo. ‎

 

Notas:

[1] “Draft Treaty betweeen the USA and Russia on Security ‎Guarantees” y “Draft Agreement on measures to ensure the security of ‎Russia and NATO”, Voltaire Network, 17 de diciembre de 2021.

[2] «Washington y Londres tratan de mantener su ‎dominación ‎sobre Europa», por Thierry Meyssan, ‎‎Red Voltaire, 8 de febrero de 2022.

[3] «Blackwater está en Donbass con el batallón Azov», por Manlio Dinucci, Il Manifesto (Italia), ‎‎Red Voltaire, 1º de febrero de 2022.

[4] «Documentos entregados por la OTAN y EEUU en respuesta al tratado que les presentó ‎Rusia el 17 de diciembre de 2021», El País, Red Voltaire, 2 ‎de febrero de 2022.

[5] «La doctrina Rumsfeld-Cebrowski», por Thierry ‎Meyssan, Red Voltaire, 25 de mayo de 2021.

[6] Charles Pasqua (1927-2015), electo varias veces diputado y ‎senador, fue dos veces ministro del Interior (de 1986 a 1988 y de 1993 a 1995) durante los ‎mandatos presidenciales de Francois Mitterrand. Nota de Red Voltaire.

 

* Directora de la Fundación para Combatir la Injusticia

 

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